Esta historia se publica en Contá Conmigo. ~~ This story is published at Contá Conmigo. The English translation is included below the Spanish version.
En mis 27 años de vida, aborté dos veces. La primera vez fue por 2009, el aborto todavía estaba penalizado en el Uruguay.
Tenía 16 años, un novio, una vida sexual activa y evidentemente, el método anticonceptivo que usabamos, falló. Así que les conté a mis xadres, manifestandole en ese mismo momento, que quería abortar. Así que mi viejo consiguió misoprostol a través de una amiga enfermera de otra ciudad porque ahí se conseguía más fácilmente. A la vez, un amigo me contactó con un ginecólogo que nos explicó (a mis padres, mi novio y a mí) el proceso, cómo iba a suceder todo, a dónde debía ir cuando comenzara el sangrado bien intenso y qué debía decir. Así que coloqué las pastillas y esperé.
Llegamos con mi mamá a la emergencia y llamaron a la ginecóloga de guardia. Negué el aborto con pastillas pero la ginecóloga encontró restos dentro mío así que ahí entendió todo. Me ayudó, me aconsejó y pude terminar de realizarlo sin problemas. Todo "fuera de ley" pero fue posible. Reconozco que tuve muchísima suerte y el apoyo de todo mi entorno (familia y amigxs).
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La segunda vez fue en 2019, ya estaba despenalizado así que después de hacerme el test de sangre y ver el resultado, le pedí a la doctora que me derivara al policlínico del IVE. Fueron muchas idas y vueltas ya que por alguna razón, mi cuerpo no reaccionaba al misoprostol, es decir que tenía los síntomas pero no expulsaba nada. Absolutamente nada. Así que tomé 20 comṕrimidos de 20mg de misoprostol (400mg en total), en diferentes días para finalmente expulsar.
Tenía un ginecólogo, una asistente social y una psicóloga que me orientaban y evacuaban dudas. Fue un proceso larguísimo, agotador mentalmente pero era lo que quería. Ni economica, ni mental, ni físicamente estaba lista para tener unx hijx.
Hoy agradezco el haber podido acceder a hacerme un aborto. No fue una experiencia traumática, ni dolorosa ni indeseable. Tengo proyectos,sueños e ideas en las que no hay lugar para un embarazo. Independientemente de mi experiencia personal, creo que todas las mujeres y cuerpos gestantes deben tener acceso a un aborto seguro y amoroso. Obligar a alguien a parir es tan horrible como obligar a alguien a abortar.
English Translation:
In my 27 years of life, I aborted twice. The first time was in 2009, abortion was still criminalized in Uruguay.
I was 16 years old, a boyfriend, an active sex life and obviously, the contraceptive method we used, failed. So I told my xadres, expressing at the same moment, that I wanted to abort. So my old man got misoprostol through a nurse friend from another city because it was easier to get there. At the same time, a friend contacted me with a gynecologist who explained (to my parents, my boyfriend and me) the process, how everything was going to happen, where I should go when the heavy bleeding started and what to say. So I put the pills in and waited.
We came to the emergency room with my mom and they called the gynecologist on duty. I denied abortion with pills, but the gynecologist found remains inside me, so she understood everything. She helped me, advised me and I was able to finish doing it without problems. Everything "out of law" but it was possible. I acknowledge that I was very lucky and the support of all my environment (family and friends).
The second time was in 2019, I was already decriminalized, so after doing the blood test and seeing the result, I asked the doctor to refer me to the IVE polyclinic. There were many twists and turns since for some reason, my body did not react to misoprostol, that is, I had the symptoms but did not expel anything. Absolutely nothing. So I took 20 tablets of 20mg of misoprostol (400mg total), on different days to finally expel.
I had a gynecologist, a social worker and a psychologist who guided me and answered questions. It was a very long process, mentally exhausting but it was what I wanted. Neither economically, nor mentally, nor physically was I ready to have one hijx.
Today I am grateful for having been able to have an abortion. It was not a traumatic experience, neither painful nor undesirable. I have projects, dreams and ideas in which there is no place for a pregnancy. Regardless of my personal experience, I believe that all women and pregnant bodies should have access to a safe and loving abortion. Forcing someone to give birth is as horrible as forcing someone to abort.